Cuando los consumidores se encuentran ante la decisión de comprar un producto ecológico casi siempre se hacen las siguiente preguntas: "¿se trata realmente de un producto ecológico?", "¿no me estarán engañando para hacerme pagar más?"
Por tanto, transmitir la máxima confianza entre productores y consumidores se considera una cuestión esencial para este sector. La certificación cubre en gran parte esta necesidad, como herramienta que permite asegurar la autenticidad de los productos de una manera profesional y independiente, y por ello es obligatoria dentro de la UE puesto que la Agricultura Ecológica es considerada un sector estratégico.
Para determinar qué aspectos resultan clave en la certificación ecológica, podemos considerar que serían aquellos que permitan:
- Incrementar la confianza y credibilidad entre todos los operadores de la cadena
- Identificar, mantener bajo control y disminuir los riesgos de pérdidas de productos por contaminación o incumplimiento de requisitos
- Evitar fraudes
- Ampliar y consolidar la comunicación con los consumidores
- Disminuir costes del proceso de certificación y por tanto de los productos finales